El Gobierno de Nicaragua condenó, repudió y rechazó este miércoles las agresiones que, en esta jornada, el Gobierno imperialista de Estados Unidos emitió contra 21 funcionarios venezolanos de seguridad y del gabinete del Gobierno del presidente Nicolás Maduro.

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«Ante esa nueva agresión a un Pueblo Vigoroso, Solidario, Hermano, ratificamos nuestra Unión Soberana y la Alianza Revolucionaria en todo momento y circunstancia, entre nuestros Pueblos que luchamos para Seguir Venciendo, porque nuestro Siempre Más Allá trasciende cualquier intento de destruirnos, o de menguar nuestras Valentías Históricas», indicó el Gobierno del país centroamericano en un comunicado.

En esta jornada, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (EE.UU.) emitió las sanciones, que van dirigidas a funcionarios implicados en lo que EE.UU. describe como «represión de las denuncias de fraude electoral» por parte de la oposición.

Las entidades sancionadas incluyen a integrantes de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), la Policía Nacional Bolivariana (PNB), la Milicia Bolivariana, el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM).

El Departamento del Tesoro declaró que estos funcionarios «apoyaron y cumplieron las órdenes de Maduro de reprimir a la sociedad civil en sus esfuerzos por declararse fraudulentamente ganador de las elecciones presidenciales de Venezuela del 28 de julio».

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Las sanciones ignoran «la voluntad de la abrumadora mayoría de los votantes venezolanos que eligieron a Edmundo González Urrutia como su próximo presidente», según el comunicado del Tesoro.

Tras las acciones de violencia promovidas por la oposición de extrema derecha los pasados 28, 29 y 30 de julio, González Urrutia se exilió en España, desde donde prometió que asistiría a la toma de la Presidencia en Venezuela, prevista para el próximo 10 de enero.

El Departamento de Estado también impuso restricciones de visado a «individuos alineados con Maduro», lo que eleva a casi 2.000 el número total de afectados.

Tales medidas tomadas por el Gobierno estadounidense, se presentan bajo el pretexto de defender la «democracia» y la «libertad de expresión», pero en realidad constituyen una escalada de la guerra contra Venezuela, para desestabilizarlo y socavar su soberanía.

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